El Mayo francés, 1968 y los sesenta y ocho

Clase de Francico Fernández Buey.

Coincidiendo con el 40 aniversario del mayo francés, están apareciendo en diferentes medios de comunicación, librerías y distribuidoras nuevas publicaciones. Vale la pena tratar de dilucidar cuáles han sido las manifestaciones político-culturales que podemos considerar novedosas y más representativas de aquel tiempo.

Para ello, existen al menos dos obstáculos:

  1. La contestación estudiantil, el movimiento estudiantil y la contracultura (o cultura a la contra) en general afectó a varios países en distintos momentos (Francia, Alemania, España, Italia, México, Polonia, etcétera) y eso coincide en el tiempo con la Revolución Cultural China, que influyó mucho al movimiento estudiantil. Es casi imposible reducir todo eso a un mínimo común denominador. Metodológicamente es importante tratar de establecer las diferencias entre los distintos y diversos movimientos estudiantiles que tuvieron lugar.
  2. Se ha rememorado el Mayo francés desde muchas ópticas distintas y conmemorado muchas veces. No es fácil distinguir entre lo representativo de verdad y la reconstrucción que ha tenido más ecoo ha cuajado más. A menudo se escribe desde las preocupaciones actuales de los participantes de entonces o con excesiva voluntad de vincular lo actual con lo coetáneo. Se ha vinculado el pacifismo, el ecologismo, el feminismo, etcétera, con el mayo francés y sin embargo, en seguida al enfrentarse a los documentos se ve que esa afirmación no se corresponde con la realidad. Es seguramente más adecuado decir que estas cosas en concreto tenían más que ver con las protestas estudiantiles de 1964 en Estados Unidos, particularmente en California, que con el Mayo francés.

Para entender más lo que acabó en el Mayo del 68 hay que distinguir entre causas inmediatas y lo que lo posibilitó más generalmente. Si se entiende particulaizadamente cada caso encontraremos que los motivos iniciales son bastante diferentes. Por citar algunos, en Berkeley el inicio de las protestas estuvo muy relacionado con la presión ciudadana en favor de los derechos civiles de los negros; en Berlín, tuvo un gran componente antiimpertialista; en España, y sobre todo en Barcelona, existía la aspiración de una autonomía estudiantil al margen de las asociaciones estudiantiles impuestas por el franquismo; en París, empezó como una protesta por las imposiciones autoritarias consideradas como sofocantes, impagables, etcétera por los estudiantes, que las llamaban propias de la universidad napoleónica.

Aún así se pueden intentar establecer los temas que aparecen reiteradamente, que son sustancialmente los que siguen:

  1. Denuncia del autoritarismo dentro y fuera de la universidad: entre profesores y estudiantes, en la gestión, en la relación con la política y en términos generales. Esta orientación tuvo sus matices según los casos (en Estados Unidos de América tuvo que ver con la cuestión del racismo; en Berlín el movimiento se definió antiautoritario, crítico y alternativo; en el este de Europa, el antiautoritarismo tomó forma de protesta política contra la burocratización del que prácticamente era el partido úinico; en España se identificaba a los burócratas y a los gestores universitarios con la ignorancia y la adesión al régimen; en Francia, se hizo del «prohibido prohibir» uno de los lemas principales).
  2. Antiimperialismo: sobre todo, la denuncia del genocidio de los Estados unidos de América en Vietnam. ya desde 1964, en Berkeley se protesta y esa protesta sigue en los años sucesivos. Fue el motivo unificador de los movimientos estudiantiles.
    Antiimperialismo era entonces sobre todo antinorteamericanismo. Las reconstrucciones actuales se fijan a veces demasiado en el antisovietismo. En ninguna de las cabezas de los estudiantes estuvo la caída del comunismo (eso es una manipulación). Respecto del imperialismo del otro bloque, había una profunda división (que continuó tras la invasión de Checoslovaquia).

Hay que tener muy en cuenta el impacto que tuvo la Guerra del Vietnam. Data la invasión de la época de la administración Kennedy (asesinado en 1963), cuando empieza con envíos de personal de inteligencia a Vietnam y deviene en intervención abiertamente militar en el 1964, tras el asesinato. En todos los movimientos estudiantiles está presente la denuncia del imperialismo. En Estados Unidos de Norteamérica en seguida se vinculó un y otro movimiento, y en Lationamérica el antinorteamericanismo aún fue más claro.

La importancia de la protesta contra la guerra es un hecho reconocido por los autores (Roszak, Noam Chomsky, Marcuse en su El final de la utopía, etcétera, y también en documentos que han quedado de las asambleas de la Sorbonne, Nantierre y otras).

La importancia de las protestas contra la guerra del Vietnam tiene mucho que ver con la creación de la Fundación Bertrand Russell, el trabajo de Jean-Paul Sartre, las canciones de los Beatles, etcétera. Si se analiza el manifiesto que se redactó para pedir un juicio a los Estados Unidos pro crímenes de guerra en Vietnam, se observa que hay gente muy distinta, muchos de ellos adscritos a lo que se dio en llamar tercera vía, que entonces era un movimiento de raíz casi siempre socialista crítico con el capitalismo y también crítico con el socialismo de corte estalinista soviético.

Ninguno de ellos era pacifista en el sentido estricto en el que luego se entenderá el pacifismo desde mediados de los años ochenta tras la lucha contra las armas nucleares. Eran anticapitalistas, antiestalinistas, críticos con la burocratización, etcétera, pero a menudo partidarios de la violencia contra la violencia (o por lo menos convencidos de que era inevitable).

Quiénes iniciaron la protesta en Estados Unidos de América eran hijos de la clase media, muchos de ellos excelentes estudiantes, que mostraban su descontento con la forma en que eran tratados por la dirección de la universidad y también por el tratamiento que se daba a las minorías, entre otras cosas. la protesta nació en Berkeley como una extensión de la lucha por los derechos civiles para convertirse en la vanguardia de la defensa de lo que llamaban multiversidad.

Denuncian lo que consideran una profunda inadecuación de la universidad a la generalización de la enseñanza superio. Las jerarquías universitarias estaban muy preocupadas por lo que llamaban una «masificación», mientras que los estudiantes era inevitable por varios motivos:

  1. El crecimiento demográfico.
  2. la recuperación económica y la transformación tecnocientífica. También pòr la vigencia del principio de igualdad de oportunidades.

De todo eso han surgido dos conflictos de forma paralela:

  1. Persistencia de las formas autoritarias. Lo llamaban el mandarinato. Y por extensión la clase docente era llamada «los mandarines». (Aunque no es lo mismo, por ejemplo, la crítica a la tolerancia represiva que se haca en Berlín que la crítica al autoritarismo que se hizo en Barcelona.)
  2. Contenidos de las materias y estudios universitarios. cada vez más considerados anacrónicos por los estudiantes rebeldes y orientados a la formación para la sociedad autoritaria.

Y esto lleva a un tercer conflicto, el conflicto generacional, tan presente en la literatura rusa de los 60, 70 y 80. Estos jóvenes vieron inadecuado que sus mayores siguieran dirigiendo la universidad al menos en la forma en la que lo estaban haciendo (crítica de la gerantocracia). La forma mínima inicial dce la respuesta juvenil era oponer a lo existente otros espacios, otra manera de vestir, otra manera de vivir las relaciones sexuales, en definitiva otra manera de entender el mundo.

Para entender la pérdida del predicamento de los mayores hay que tener en cuenta la dificultad que tenían los jóvenes para encontrar espacio para disfrutar de las relaciones sexuales y, en cambio, lo fácil que era encontrar un trabajo estable o relativamente estable en una sociedad en la que el pleno empleo era casi un dogma.

«Desconfía de los que tienen más de treinta años» es un eslógan del movimiento estudiantil de los Estados Unidos. la idea cuajó también fuera de la universidad. De ahí ha nacido la cultura juvenilen todos los aspectos. De ello es reflejo el cambio en la forma de vestir de los estudiantes.

En la facultad de medicina de la Universidad de Barcelona, hacia el año 35, dos médicos explicaron qué era aquello de la píldora anticonceptiva (en aquel momento, simplemente «la píldora»). Desde luego, acudió más gente que la que acostumbraba a aparecer por las asambleas antifranquistas. Pasaron cosas parecidas en otros países.

Una de las tergiversaciones habituales viene generalmente de la frase «La imaginación al poder». Se tiende a relacionar con hippies, contracultura, etcétera. Hay diferencia entre los movimientos estudiantiles americanos y el resto. En Francia como contracultura dominaban los situacionistas, los ácratas o los maoístas. Una hipótesis es que la coincidencia en la crítica a lo que representa el mandarinato, el autoritarismo, etcétera, es lo que amalgamaba todas estas tendencias.