El cracking del HD-DVD, la rebelión en Digg y sus consecuencias

La historia empieza en un hilo en los foros de doom9. El usuario arnezami informa: “Wooow. Creo que lo tengo :). ¡¡¡Clave de proceso encontrada!!!” Era una de las últimas piezas que faltaba para que un trabajo colectivo diera por fin su fruto: el crackeo definitivo del sistema AACS que protege los contenidos de los nuevos discos.

Álvaro Martínez Majado — Los precedentes se remontan al diciembre pasado. Los logros en la desencriptación de este formato que se iban consiguiendo se iban implementando en un programa llamado BackupHDDVD, anunciado en otro hilo de los foros doom9 por el usuario muslix64. “¿Quén es usted?” se pregunta a sí mismo en el archivo que recoge las respuestas a preguntas frecuentes anexo al programa. “Solo un tipo normal, al que le gusta la criptografía y no le gusta el DRM“, responde.

El programa fue recibido con cierto escepticismo por los internautas. Tuvieron que aparecer artículos en Engadget y Slashdot corroborando la información para que fuese tomado en serio. De nuevo, aparecen mejoras y comentarios que nutren el programa y lo convierten en una obra colectiva. Poco tarda en aparecer BackupBluray, análogo a BackupHDDVD pero para su formato alternativo, el BlueRay.

Ahora mismo, es imposible acceder a la páginas oficiales en SourceForge de BackupHDDVD puesto que el popular servicio de alojamiento de proyectos libres atendió a la petición de la Motion Picture Association of America de retirar el proyecto de sus servidores, según informó Slashdot.

Estos programas tenían varias limitaciones conocidas por sus desarrolladores, así que el trabajo siguió. Particularmente en los foros de doom9. La novedad del hallazgo de arnezami es que una única clave (processing key) sirve para saltarse la protección de todos los discos HDDVD y BlueRay editados hasta ahora. La explicación de que la misma clave de procesamiento sirva para ambos formatos hay que buscarla en que comparten el esquema que especifica el estándar AACS de gestión de derechos digitales.

Hasta ahí, sería otra historia de un intento de la industria de evitar la copia desbaratado por un grupo de hackers. Pero no acaba ahí. Chester J. Millisock manda a Digg, el portal de noticias donde lo más votado por sus usuarios llega a portada (similar a Menémae), un artículo de Rudd-O titulado Spread This Number que contiene, por supuesto, la famosa clave y pide a la gente que la guarde y se la pase a sus amigos.

Después de mucha actividad, muchos comentarios y muchos votos, Digg le borra su contribución y su cuenta de usuario, tal como explica en How I got banned from Digg.

Jay Adelson, responsable de Digg, explicó unas horas más tarde en el blog oficial que “los propietarios de la propiedad intelectual” les habían “notificado” que las entradas de Digg en las que se podía leer el código constituían una violación de sus derechos. Así las cosas, habían procedido a borrarlas. Cabe destacar, sin embargo, que HD-DVD patrocinó uno de los eventos organizados por Digg. El mensaje acababa con un “gracias por vuestra comprensión”.

Sin embargo, la respuesta era, ya, imparable. La noticia de la censura se extendía por Internet mucho más rápidamente que la noticia del crackeo en sí. Los usuarios de Digg decidieron intentar ocupar la portada con noticias directa o indirectamente relacionadas con el crackeo y la censura. Y lo consiguieron, tal como demuestra una captura de pantalla hecha por el usuario taikochu de Flickr.

Finalmente, otro responsable de Digg, Kevin Rose, publicó una nueva nota en el blog oficial titulada Digg This: 09-f9-11-02-9d-74-e3-5b-d8-41-56-c5-63-56-88-c0 en la que anima a sus usuarios a que voten la noticia aún publicando el código, pese a los problemas que les puede causar porque “después de ver cientos de historias y leer miles de comentarios, lo habéis dejado claro. Preferiríais ver como digg se hunde peleando antes que ver como se somete a una compañía mayor. (…) Si perdemos, qué demonios, por lo menos habremos muerto luchando”.

Las horas de lucha contra la censura

En un juego entre lo ingenioso y lo irónico, los internautas buscaron maneras de demostrar a quiénes creían lo contrario que no había nada ilegal en publicar el dato. Así, sostenían que la famosa cadena de números y letras era:

Estas son las consecuencias de la rebelión de digg: contenido muy diverso para difundir una serie de números y letras. Claro que, para muchos, es más que una simple cadena de caracteres.

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